¿Cómo Conseguir Praderas Sostenibles? Claves Para un Mejor Manejo

Las praderas son un recurso fundamental para las ganaderías del noroeste peninsular, ya que proporcionan forraje de calidad, indispensable para una alimentación eficiente del ganado y mejorar económicamente los resultados de la explotación. Además, contribuyen significativamente a la reducción del impacto ambiental, desempeñando funciones esenciales como la retención de carbono, el soporte a la biodiversidad y la preservación de la fertilidad y estructura del suelo.

No obstante, gestionar las praderas de manera eficaz presenta desafíos importantes, especialmente en un contexto donde la sostenibilidad es prioritaria y las normativas se vuelven más estrictas. Regulaciones como el Real Decreto de Nutrición Sostenible en suelos agrarios y las directrices de la Política Agraria Común (PAC) imponen limitaciones al uso de abonos, con especial atención en zonas vulnerables.

En este panorama, resulta imprescindible encontrar un equilibrio entre la productividad de las praderas y el cumplimiento de las normativas ambientales, garantizando su capacidad para mantener sistemas agrícolas rentables.

Manejo integral de las praderas

Las praderas de Galicia y la Cornisa Cantábrica representan un pilar estratégico para la ganadería, pero su manejo está condicionado por particularidades edáficas y climáticas. Suelos ácidos, abundantes precipitaciones y rico contenido de materia orgánica son factores que, aunque ofrecen ventajas, también presentan limitaciones si no se gestionan de manera adecuada. Estas condiciones pueden restringir el crecimiento óptimo de las especies forrajeras, afectando tanto la cantidad como la calidad del alimento disponible para el ganado.

Para conocer de dónde partimos, es esencial realizar un análisis del suelo que evalúe su estado químico. Esto implica tomar muestras de cada parcela, enviarlas a laboratorios especializados y analizar detalladamente los resultados. Un análisis de calidad debe incluir datos clave como son el pH, la cantidad de materia orgánica y el porcentaje de saturación de aluminio. Además, es fundamental considerar la riqueza de macronutrientes (N, P, K, Ca, Mg y S) y micronutrientes (Fe, Cu, Zn, Mn, Mo y B) presentes en el suelo, así como la relación de cationes y la clase textural.

El encalado es una práctica complementaria indispensable debido a la elevada acidez que caracteriza a estos suelos. Un pH bajo dificulta la disponibilidad de nutrientes esenciales para la planta, como podemos observar en la Tabla 1. Por otro lado, reduce la actividad de microorganismos beneficiosos del suelo, afectando directamente a la salud y productividad de las praderas. La corrección de esta acidez mediante la aplicación de cal no solo mejora la disponibilidad de nutrientes, sino que también optimiza las condiciones para el desarrollo de las plantas y la actividad microbiana, creando un sistema más equilibrado.

tabla pH SUELO

Tabla 1: Disponibilidad de nutrientes en función del pH

A la hora de elegir una caliza debemos de tener en cuenta el contenido de CaO, MgO (en caso de ser necesario), valor neutralizante (VN) y el valor neutralizante efectivo (VNE). Este último dato tiene en cuenta el grado de molienda, que afecta directamente a la velocidad de reacción y eficacia (cuanto más fina sea una caliza, más rápido actuará en el suelo).

El abonado es una práctica fundamental para reponer los nutrientes que las praderas pierden a lo largo de su ciclo de cultivo. Elementos clave como el nitrógeno, el fósforo y el potasio son esenciales para el desarrollo de gramíneas y leguminosas, que constituyen la base del forraje. Una nutrición eficiente permite a las praderas mantener su capacidad productiva a largo plazo, proporcionando recursos suficientes para las necesidades del ganado y reduciendo la dependencia de alimentos externos.

Además, las praderas de estas zonas tienen el potencial de beneficiarse de suelos supresivos, que gracias a una microbiota activa y equilibrada, pueden limitar de forma natural el desarrollo de plagas y enfermedades.

Por otro lado, el manejo adecuado del purín es crucial para optimizar la productividad. En regiones como Galicia y la Cornisa Cantábrica, el purín es un recurso muy valioso debido a su alto contenido de nutrientes como nitrógeno, fósforo y potasio, elementos secundarios como calcio, magnesio y azufre, además de microelementos y materia orgánica. En la Tabla 2 se muestran las unidades fertilizantes aportadas con la aplicación de 10 m3 de cada tipo de purín, con unos valores medios de densidad:

UNIDADES FERTILIZANTES PURÍN

Sin embargo, su eficacia depende de varios factores. El momento óptimo de aplicación es cuando tenemos una humedad relativa moderada (en torno al 50-70%), una temperatura inferior a 20⁰ y sin previsiones de lluvia inmediata (al menos 24-48 horas) para evitar pérdidas por lixiviación o volatilización. Técnicas como la inyección directa o el uso de dispositivos de bandas permiten aplicar el purín de manera precisa y eficiente, reduciendo las pérdidas de nitrógeno. Un correcto manejo puede reducir la dependencia de abonados químicos, disminuyendo costes y mejorando la productividad.

Abonado en función del tipo de pradera

El manejo, tanto del encalado como del abonado, deben ajustarse al tipo de pradera y su uso específico. En zonas como Galicia y la Cornisa Cantábrica, donde las condiciones climáticas y del suelo son determinantes, los ganaderos deben adaptar sus estrategias según las necesidades de cada pradera:

  • Establecimiento de nuevas praderas: La creación de praderas implica un manejo inicial cuidadoso, con una corrección del pH y nutrición equilibrado, para garantizar un buen enraizamiento y productividad inicial. Las necesidades nutricionales del cultivo, teniendo en cuenta valores óptimos de fertilidad en el suelo, sin aporte de purín y producción estimada de 10 tn/ha, serían:

 

  • Praderas de pastoreo: Estas praderas proporcionan forraje fresco y continuo al ganado, lo que requiere un abonado fraccionado para reponer nutrientes y mantener un crecimiento equilibrado. Además, un manejo adecuado del pH favorece el desarrollo de gramíneas y leguminosas resistentes. Los momentos óptimos para el abonado son un mes antes del inicio del pastoreo y luego, cada dos pastoreos. Las necesidades nutricionales para este tipo de pradera, teniendo en cuenta valores óptimos de fertilidad en el suelo, una producción para el primer pastoreo de 1,8 tn/ha y para los siguientes de 1,3 tn/ha, son:

 

  • Praderas para siega: Destinadas a producir heno o ensilado, estas praderas pueden manejarse de forma intensiva con varios cortes anuales. Teniendo en cuenta unos valores óptimos de fertilidad del suelo, una producción para el primer corte de 5 tn/ha y para el segundo corte de 4 tn/ha, las necesidades nutricionales del cultivo serían:

 

  • Praderas temporales: Utilizadas como cultivo de invierno en rotaciones con cultivos como el maíz forrajero, estas praderas requieren una estrategia de nutrición intensiva y manejo del suelo entre ciclos para evitar falta de nutrientes y la pérdida de la estructura del suelo. Las necesidades nutricionales del cultivo con una producción media de 5 tn/ha y valores óptimos de fertilidad del suelo, son:

 

La importancia de las leguminosas

Las leguminosas juegan un papel clave en el manejo de las praderas, tanto por sus beneficios agronómicos como por su contribución al cumplimiento de las normativas, como las de los ecorregímenes de la Política Agraria Común (PAC). Estas normativas promueven prácticas sostenibles que incluyen la incorporación de leguminosas en las mezclas de praderas, lo que no solo mejora la fertilidad del suelo, sino que también fomenta la biodiversidad.

Las leguminosas, como el trébol blanco, alfalfa o veza, fijan nitrógeno en el suelo, lo que disminuye la necesidad de abonos nitrogenados. Al combinarse con gramíneas, también mejoran la calidad nutricional del forraje, aportando proteínas valiosas para la alimentación del ganado.

 

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Desafíos ambientales

El manejo sostenible de las praderas va más allá de una correcta nutrición vegetal o una elección óptima en el momento de aplicación. Algunas de las prácticas para abordar los nuevos desafíos ambientales son la agricultura de precisión y la agricultura regenerativa.

La agricultura de precisión, mediante el uso de tecnologías avanzadas como sensores de suelo y sistemas de monitoreo, permite aplicar los abonos de manera más precisa, ajustando la cantidad exacta de nutrientes que las praderas necesitan en tiempo real y reduciendo las pérdidas.

Por otro lado, la agricultura regenerativa promueve prácticas que no solo buscan mantener, sino mejorar la salud del suelo a largo plazo. Esto incluye la rotación de cultivos, el uso de cultivos de cobertura y la integración de leguminosas, fortaleciendo los sistemas agrícolas. Ambas estrategias, combinadas con una planificación eficiente del abonado, no solo abordan las preocupaciones medioambientales como la contaminación de las aguas y la erosión del suelo, sino que incrementan la capacidad de las praderas para adaptarse a condiciones climáticas cambiantes, creando sistemas agroganaderos más sostenibles y productivos.

Conclusión

La optimización del abonado en las praderas es clave para mejorar la productividad, y cumplir con las normativas que afectan al sector de la agricultura. Mediante técnicas de aplicación precisa, uso optimizado del purín, incorporación de leguminosas y el uso adecuado de abonos minerales, se maximizan los beneficios para el suelo y las plantas, reduciendo el impacto ambiental. Integrar prácticas como la agricultura regenerativa y ajustar el abonado a las necesidades específicas de cada tipo de pradera fortalece la resiliencia de ganaderías autosuficientes. De este modo, se garantiza una producción eficiente, sostenible y adaptada a los retos del futuro.

Bibliografía

  • Real Decreto 1051/2022, de 27 de diciembre, por el que se regula la nutrición sostenible de los suelos agrarios.
  • Jurado, E., & Rodríguez, C. (2017). «La gestión del suelo en sistemas agroganaderos intensivos«.
  • García, J., & Sánchez, F. (2018). «Manejo y fertilización de praderas en el norte de España«.
  • (2018). «El uso de fertilizantes en sistemas agrícolas sostenibles
  • Rees, R., & McCormack, P. (2019). «Sustainable Fertilization Practices for Grassland Management.» Agricultural Systems, 174, 1047-1055.
  • Pérez, R., & Martínez, M. (2020). «Impacto de la Agricultura Regenerativa en la Sostenibilidad de los Sistemas Agroganaderos«.
  • Comisión Europea. (2020). «La Política Agrícola Común (PAC) 2021-2027«.
  • Domínguez, J., & Soto, M. (2020). Manejo eficiente del purín en la ganadería: desafíos y oportunidades.
  • Teixeira, R. F., et al. (2021). The role of pastures in sustainable farming systems: Nutrient cycling and environmental benefits. Journal of Agricultural Science.

 

La salud de la planta empieza por tener suelos sanos

En el mundo actual, donde la agricultura se enfrenta a grandes desafíos como el cambio climático, la escasez de agua y la creciente demanda de alimentos, es fundamental buscar soluciones sostenibles que nos permitan producir alimentos de forma eficiente y respetuosa con el medio ambiente. En este contexto, los suelos supresivos se presentan como una alternativa prometedora.

Los suelos supresivos de patógenos se han identificado en todo el mundo durante casi 60 años y se atribuyen principalmente a microorganismos supresivos o antagonistas. Su estudio se remonta a los años 70, cuando los profesores Baker y Cook los definieron como “aquellos suelos en los que la incidencia o severidad de una enfermedad sigue siendo baja, a pesar de que exista la presencia de un patógeno, el hospedero susceptible y las condiciones ambientales que favorecen su infección y posterior desarrollo de la enfermedad”.

La investigación sobre suelos supresivos ha intentado comprender cómo los microorganismos pueden reducir las enfermedades, incluso en presencia del patógeno. Los avances recientes en el estudio de microorganismos han proporcionado nuevas herramientas para reexaminar y caracterizar aún más la naturaleza de estos suelos. Algo en lo que DELAGRO ya trabaja, ofreciendo soluciones que ayuden a mejorar la supresión de los suelos.

En los sistemas agrícolas, la productividad de los suelos se ha visto afectada negativamente debido a prácticas convencionales de agricultura que se basan en monocultivos y el uso de fertilizantes químicos que crean suelos conductivos, donde la presencia de enfermedades es importante. Por este motivo, es necesario un cambio en las prácticas tradicionales que se centran en la fertilización química con producto de bajo valor añadido o dudosa calidad. La salud de las plantas empieza en el suelo y cuanto mejor se trabaje este, menor probabilidad tendrán de padecer enfermedades.

 

¿Qué son los suelos supresivos?

Un suelo supresivo es aquel que tiene la capacidad natural de reprimir el desarrollo de patógenos que causan enfermedades en las plantas. Esta capacidad se debe a la presencia de una comunidad microbiana diversa y equilibrada, que actúa como una barrera natural contra las plagas y enfermedades.

Beneficios de cuidar el suelo y fomentar la supresividad

  • Reduce la necesidad de pesticidas y otros agroquímicos. Al controlar las enfermedades de forma natural, se reduce la necesidad de utilizar productos químicos, lo que conlleva un ahorro de costes para el agricultor.
  • Mejora la salud y la productividad de las plantas. Un suelo sano y equilibrado proporciona a las plantas los nutrientes y el agua que necesitan para crecer de forma vigorosa y saludable.
  • Aumenta la resiliencia de los cultivos. Los suelos supresivos son más resistentes a los efectos del cambio climático y otros factores de estrés ambiental.
  • Mejora la calidad del agua. Los suelos sanos filtran el agua y retienen los nutrientes, lo que ayuda a proteger las fuentes de agua potable.

 

¿Cuánto tiempo requiere un suelo para mostrar supresividad a patógenos?

La supresividad de un suelo frente a patógenos se desarrolla gradualmente a lo largo del tiempo. La rapidez con la que se manifiesta esta supresividad está influenciada por factores ambientales y prácticas agrícolas, siendo la adición de materia orgánica una medida clave. Se pueden distinguir dos tipos de suelos supresivos: los naturales, que exhiben esta capacidad de manera inherente debido a sus características físicas, químicas y biológicas, y los inducidos, cuya supresividad es el resultado de prácticas agrícolas específicas.

 

¿Cómo podemos fomentar la supresividad del suelo?

Existen diversas prácticas agrícolas que pueden ayudar a fomentar la supresividad del suelo, como:

  • Reducir la labranza. La labranza excesiva puede dañar la estructura del suelo y la comunidad microbiana.
  • Aumentar la materia orgánica. La materia orgánica es una fuente de alimento para los microorganismos beneficiosos del suelo.
  • Utilizar cultivos de cobertura. Los cultivos de cobertura ayudan a proteger el suelo de la erosión y a mejorar la salud del suelo.
  • Aplicar compost y biofertilizantes. El compost y los biofertilizantes son fuentes de nutrientes y microorganismos beneficiosos para el suelo.

De cara a conseguir suelos supresivos la labor del técnico es fundamental, un asesoramiento en este campo puede marcar la diferencia. Contar con una estrategia de manejo que ayude al agricultor a realizar una óptima gestión del suelo es clave para conseguir buenos resultados.

 

En conclusión, los suelos supresivos son una herramienta poderosa para promover una agricultura más sostenible. Al cuidar el suelo y fomentar la supresividad, podemos lograr mejorar la productividad de nuestros cultivos, lo que traduce en una mejora de la rentabilidad para el agricultor o ganadero.

Si deseas saber más sobre cómo gestionar los suelos o realizar estrategias de supresión de suelos, ponte en contacto con nosotros.

FERPLAN, una tecnología que revolucionará las estrategias de fertilización de los cultivos

DELAGRO presentó esta mañana en su Complejo Multidisciplinar de As Pontes, una novedosa tecnología que dará un giro de 180º a la forma en que ganaderos y agricultores fertilizan sus cultivos. Tras más de una década de investigación en la que el equipo técnico de DELAGRO y las cooperativas socias estudiaron, en colaboración con el Centro de Investigación Agraria de Mabegondo (CIAM), más de 8.000 muestras de suelo del norte de España, este innovador proyecto ve la luz abriendo la puerta a una manera de cultivar más rentable, productiva y sostenible.

 Javier Caneda, responsable del área de Producción Vegetal de DELAGRO, explicó a los asistentes y representantes de las cooperativas socias los principales beneficios de esta tecnología única en el mercado, que permite integrar en un único proceso el plan completo de nutrición vegetal de una parcela, desde la selección del cultivo y el encalado, al aporte de purín y la aplicación de los fertilizantes minerales que sean necesarios.

“Conociendo las necesidades de los cultivos y la composición del suelo podemos aportar la cantidad exacta de nutrientes sin que se produzcan excesos de ningún elemento que puedan comprometer la fertilidad de la tierra. Y así, dando a cada suelo única y exclusivamente lo que necesita, conseguimos optimizar los costes de abonado, mejorar la producción y calidad de los forrajes y contribuir a la preservación del medio natural”, señaló durante su intervención.

Además, avanzó Caneda, una de las novedades que contempla FERPLAN es el uso del purín como fertilizante. “Este aspecto es muy importante en la elaboración de una recomendación de abonado ya que, independientemente de la cantidad, el purín está aportando al suelo una serie de nutrientes minerales que han de tenerse en consideración para calcular la cantidad de abono que el cultivo necesita”.

En el acto de presentación celebrado en As Pontes, donde la cooperativa de segundo grado cuenta con una fábrica de fertilizantes, un centro logístico de productos agroganaderos y una zona de oficinas, participaron también Pedro Palazón, director técnico de IDEAGRO, con una ponencia centrada en la biología del suelo; Esperanza Álvarez, profesora de Edafología de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), que habló sobre nutrición vegetal y elementos tóxicos del suelo; María Jesús Vázquez, técnico de laboratorio de la USC, y Raquel Cela, doctoranda en la misma universidad, que juntas abordaron la importancia del muestreo y la interpretación de los análisis.

Cumplimiento de las nuevas exigencias normativas

El Pacto Verde Europeo, que pretende situar Europa en el camino de la transición ecológica, ha fijado metas ambiciosas en cuanto a la eficiencia en el uso de los fertilizantes. La Comisión Europea aspira a reducir la pérdida de nutrientes al menos a la mitad de aquí a 2030 y, como consecuencia, se prevé una reducción en el uso de fertilizantes de al menos un 20 por ciento.

En el contexto nacional, el Real Decreto de Nutrición Sostenible de Suelos contempla un conjunto de medidas destinadas a disminuir el impacto ambiental en los suelos agrarios, sin perjudicar la producción de los cultivos.

Javier Caneda señaló en relación a esta normativa que exigirá a ganaderos y agricultores un mayor esfuerzo en su día a día, la potencialidad de FERPLAN para poder cumplir con los nuevos requerimientos normativos, e incluso anticiparse a ellos.

“Los profesionales del medio rural deberán asumir nuevos trámites administrativos, como la elaboración del plan de abonado o la actualización del cuaderno de explotación, y en general llevar un control exhaustivo de todos los procesos que se lleven a cabo dentro de su empresa agraria. Contar con el apoyo de la tecnología y de herramientas tan polivalentes como FERPLAN resultará clave para acometer con éxito los importantes desafíos que el sector tiene por delante”, subrayó.

Abonado inteligente, nutrición eficiente

Conocer las características de cada suelo y cultivo resulta indispensable para superar el modelo de fertilización tradicional, donde se aplican a la tierra un conjunto de productos genéricos como el 15-15-15, 8-24-16, superfosfato, NAC, etc., que ignoran factores tan importantes como la riqueza de nutrientes ya presentes en el suelo, las necesidades nutricionales de cada tipo cultivo o la aplicación de purín.

Por esta razón, el equipo técnico de DELAGRO y las cooperativas socias estudiaron  durante más de una década más de 8.000 muestras de suelo del norte de España, en colaboración con el Centro de Investigación Agraria de Mabegondo (CIAM), lo que permitió determinar su composición y peculiaridades.

“Los suelos gallegos son en general poco profundos, condicionados por una baja capacidad de reserva de agua y de nutrientes, de textura arenosa o limosa, ácidos y con abundante materia orgánica”, explicó el responsable del área de Producción Vegetal de DELAGRO. “Esto hace que la disponibilidad de nutrientes para las plantas sea baja, debido tanto a la lenta tasa de mineralización de la materia orgánica como al pH ácido del suelo de en torno a 5.5”.

“La abundancia de precipitaciones que caracteriza nuestro clima provoca que los suelos sufran un fuerte lavado de nutrientes, que causa su acidificación (saturaciones de aluminio altas) y obliga a un constante aporte de nutrientes, además de la necesidad del encalado. Por todo ello, resulta primordial un adecuado seguimiento del contenido de macronutrientes en el suelo (N, P, K), de nutrientes secundarios (Ca, Mg, S) y micronutrientes (Bo, Zn,…), y herramientas como FERPLAN permiten hacerlo de una forma rentable, sencilla y eficaz”, concluyó Caneda.

La nueva tecnología no solo constituirá un valioso recurso para que agricultores y ganaderos puedan mejorar sus estrategias de fertilización y optimizar los costes destinados a la nutrición de sus cultivos, sino que al mismo tiempo los técnicos dispondrán de una aplicación para el asesoramiento, una base de datos sobre analíticas y recomendaciones, y la posibilidad de manejar fácilmente todos los factores que intervienen en un plan de abonado.

En 2021 se reciclaron más de 90 toneladas de residuos en la planta de DELAGRO de As Pontes

Hace 7 años se inauguraba en As Pontes el complejo Multidisciplinar de DELAGRO y, desde entonces, el espíritu de mejora continua ha guiado el día a día en los 36.000 m2 de sus instalaciones. No solo para ofrecer cada vez un mejor y más completo servicio sino también para ir dando pasos firmes hacia una producción cada vez más sostenible.

Desde hace ya muchos años, en DELAGRO son conscientes de que la suma de pequeños gestos sostenibles marca finalmente la diferencia. Así que en 2021 se decidió agrupar todas esas pequeñas acciones que ya se llevaban a cabo en la planta de As Pontes y se marcaron unos indicadores y una hoja de ruta que permitiese ir midiendo la contribución a una producción más sostenible. Poder comprobar que las medidas implementadas daban sus frutos fue un motivo de orgullo y motivación para todo el equipo y una manera de prestar un mejor servicio a las cooperativas socias.

Estas medidas están basadas en las tres “R”: Reducir emisiones, Reciclar y Reutilizar, lo que se traduce en utilizar los recursos de forma más responsable, a través de la implementación de procesos más eficientes.

Reciclaje: clasificar y gestionar más de 90 toneladas de residuos

En lo que respecta al reciclaje, los datos recogidos a lo largo de 2021 dan una idea de la magnitud operativa del complejo, que tiene una capacidad de producción de 40.000 toneladas de fertilizantes anuales. De papel y cartón se reciclaron 10.200 kg; de plástico, 17.400 kg y de madera 62.500 kg. Todos los residuos que se generan en la planta se clasifican por su tipo y se tramitan a través de un gestor que los traslada a las plantas de residuos. Allí, posteriormente, son tratados para darle una segunda vida según el tipo de residuo.

Reutilizar madera y cartón en buen estado: ahorro y responsabilidad

Algunos envases se reutilizan antes de enviarlos a reciclar, aprovechando así al máximo su vida útil. Por ejemplo, en la planta son reaprovechados todos los pallets de madera que se reciben y están en buen estado para el almacenamiento de la mercancía que DELAGRO mismo envasa. Lo mismo ocurre con las cajas de cartón: todas aquellas que se reciben y están en buen estado, se clasifican y se aprovechan en la plataforma logística para expedir mercancía.

Reducir la huella de carbono: una carrera de fondo

Respecto a la reducción de la huella de carbono, desde DELAGRO han iniciado un sistema de medición y control, implantando una normativa interna y unos parámetros para el cálculo de la huella de carbono. Esto les ha permitido reducir en 75 toneladas de CO2 las emisiones en As Pontes.

Algunos de los pasos ya iniciados para conseguirlo son la instalación de la planta solar, la sustitución de carretillas diésel por carretillas eléctricas, la utilización de insumos con materiales reciclados, plan de movimientos y acarreamientos de mercancías internas para reducir las emisiones…

Gracias a medidas como la instalación de una planta solar, la sustitución de carretillas diésel por carretillas eléctricas y la optimización de rutas, se han logrado reducir en 75 toneladas las emisiones de CO2 en el complejo de As Pontes.

El camino hacia la sostenibilidad pasa por la eficiencia

La optimización de rutas y cargas es también clave a la hora de reducir emisiones. Así, DELAGRO está en constante actualización y mejora de las instalaciones para incrementar la eficiencia de la maquinaria, de los itinerarios para servir a los clientes y de los protocolos de mantenimiento, lo que además de tener un reflejo directo en los rendimientos, que no han dejado de crecer, ha tenido un impacto en la reducción de emisiones.

El centro multidisciplinar de As Pontes es el centro neurálgico de DELAGRO, actuando como del norte de España y de Portugal. Por esta razón es tan importante que funcione como un reloj y eso implica también ser sostenible: aprovechar correctamente los recursos y trabajar de forma eficiente. Esto bueno para el medio ambiente y para la sociedad, pero también para la propia organización y las personas que forman parte de ella.