El nuevo Real Decreto sobre Nutrición Sostenible de suelos agrícolas en el que el Ministerio de Agricultura lleva meses trabajando y cuya aprobación está prevista para antes de que finalice año, traerá consigo importantes cambios normativos encaminados a favorecer una agricultura más sostenible.
En el marco de las Jornadas Técnicas del Maíz 2022, organizadas por Delagro los pasados 4 y 5 de abril, Juan Sagarma, director del departamento de Sostenibilidad, Calidad e Innovación en Cooperativas Agroalimentarias de España, compartió algunas interesantes reflexiones sobre el origen de esta nueva regulación y las principales novedades que traerá consigo.
“El pasado mes de diciembre la Comisión Europea decidió llevar a España ante el Tribunal de Justicia por la deficiente aplicación que estaba realizando de la Directiva de Nitratos, una ley que se lleva aplicando en Europa desde el año 1986”, explicó Sagarma.
La exigencia comunitaria de desarrollar prácticas agrícolas más respetuosas con el medioambiente se une a las crecientes demandas de la propia gran distribución, que está impulsando modelos como la agricultura regenerativa y cada vez solicita mayores garantías a sus proveedores en materia de utilización de fertilizantes nitrogenados, correcto uso del agua, etc.
En este contexto, la concreción final del Real Decreto, que lleva tiempo en fase de borrador, se convierte en una necesidad acuciante para todos los agentes sociales, y un revulsivo para pasar definitivamente del ‘greenwashing’, un compromiso con el medioambiente sobre todo de cara a la galería con escaso efecto en la práctica, a un modelo que favorezca de manera concreta y real la agricultura sostenible.
Un cambio de paradigma
En cuanto al uso de fertilizantes en las parcelas agrícolas, una de las principales novedades que introducirá la nueva normativa es que “los cálculos agronómicos tradicionales -extracciones de cultivo por un lado y aportaciones de macronutrientes por otro- dejarán de ser una recomendación y tendrán un carácter obligatorio para todos los productores”, afirma Juan Sagarma. “Este cálculo no solo deberá realizarse necesariamente sino que habrá que documentarlo y tenerlo disponible ante eventuales inspecciones”.
“Además de las extracciones y aportaciones, se tendrá que analizar la disponibilidad de otros nutrientes en el suelo que no provienen de la fertilización sino del agua de riego, excrementos de animales, fertilizantes químicos, cosechas anteriores o la mineralización del Nitrógeno orgánico”, destaca el director Sostenibilidad, Calidad e Innovación en Cooperativas Agroalimentarias de España.
Así, a partir de la aprobación del Real Decreto de Nutrición Sostenible y de la entrada en vigor de la nueva PAC en enero de 2023, los agricultores y ganaderos que gestionen suelos de cultivo, deberán disponer de un Plan de Abonado que detalle el balance de nutrientes del suelo, una planificación plurianual de las rotaciones de cultivo y un cálculo de su fertilización. Además será obligatorio contar con un asesor en fertilización. La puesta en marcha de este requerimiento será progresiva dependiendo del tipo de cultivo y de la superficie de explotación.
El cuaderno de explotación será otro de los requerimientos contemplados en la nueva normativa. “En él deberán registrarse todas las acciones y tratamientos realizados en el último mes y parte de los datos recabados deberán ser reportados obligatoriamente a la Administración”, explica Juan Sagarma.
El cuaderno deberá incluir información actualizada de la composición del suelo en materia orgánica, de nutrientes y contaminantes, a través de analíticas propias o de datos públicos. Asimismo, deberá registrar fechas y dosis de los riegos, así como las características del agua utilizada.
Principales novedades del Real Decreto sobre Nutrición Sostenible
“Se producirá una limitación sustancial en el uso de fertilizantes nitrogenados”. El objetivo es que estos fertilizantes de base ureica no superen el 30% del total de Nitrógeno utilizado, y el que se aplique deberá acompañarse de una serie de medidas de mitigación para evitar la evaporación del amoniaco a la atmósfera y los gases de efecto invernadero (GEI). Otras de las medidas contempladas son la aplicación fraccionada, el riego inmediato posterior, el empleo de inhibidores de ureasa o los recubrimientos para la liberación controlada, entre otras.
En lo que respecta a fertilizantes orgánicos, añade Sagarma, “la nueva regulación prohíbe el esparcido de purín y estiércol a voleo (plato, abanico y cañón), y será necesaria una analítica de los mismos y un informe de su conveniencia por parte de un asesor con cualificación específica. Estos deberán ser, además, enterrados en las cuatro horas posteriores, salvo en agricultura de conservación, siembra directa o pastos”.
Blue Star, un aliado frente a los nuevos desafíos normativos
A principios de año, Delagro anunció el lanzamiento de la nueva gama de fertilizantes bioestimulantes Blue Star. Un innovador producto desarrollado en colaboración con la multinacional norteamericana Alltech, que ofrece resultados de última generación y se adapta a las necesidades específicas de los suelos y cultivos del norte de España.
Al mejorar la eficiencia de las plantas en la captación y aprovechamiento de los nutrientes disponibles en el suelo, Blue Star contribuye a una agricultura más sostenible, reduciendo las emisiones, la huella de carbono y las pérdidas de nutrientes no aprovechados. De esta forma, conseguimos, además, adelantarnos a las nuevas exigencias medioambientales contenidas en el Real Decreto sobre Nutrición Sostenible y en la Política Agraria Común (PAC).
Si lo deseas, puedes acceder a la charla completa de Juan Sagarma pinchando aquí.