“Más que ayudas lo que las mujeres del medio rural necesitan es apoyo”

Rocío Huerta Miguel es, desde finales de 2021, la directora general de Ganadería y Sanidad Animal, dependiente de la Consejería de Medio Rural y Cohesión Territorial del Principado de Asturias. Antes de dar el salto a la política dirigió el área jurídico-técnica de ASEAGRO, la compañía de asesoría legal y empresarial surgida de la iniciativa de las cooperativas, y posteriormente ocupó la misma posición en Cooperativas Agro-alimentarias del Principado de Asturias. En esta delegación territorial ya había colaborado como abogada al inicio de su carrera, en el año 2001, tras una breve estancia en el bufete Landwell-PwC.

Su carrera profesional se ha desarrollado en contacto directo y permanente con el mundo cooperativo y su visión es fruto de un conocimiento profundo del sector y sus desafíos, que excede con mucho el plano teórico. Mujeres como ella: solventes, resolutivas, preparadas y comprometidas con aportar soluciones que mejoren las condiciones de vida de la gente, son los referentes que necesitan hoy las instituciones y demandan los ciudadanos.

A pesar de su apretada agenda, Huerta ha querido compartir con DELAGRO algunas reflexiones sobre el momento actual que atraviesa el sector y sus perspectivas para el corto y medio plazo. Una oportunidad de conocer más a fondo su trayectoria profesional y su labor al frente de la dirección general de Ganadería y Sanidad Animal.

 

Pregunta: ¿Qué razones la llevaron a abandonar el mundo empresarial en el que había desarrollado toda su carreta para asumir un cargo político en la Consejería de Medio Rural y Cohesión Territorial?

Respuesta: Lo cierto es que si me lo hubiesen dicho hace un par de años no lo habría creído, ya que mi vida profesional ha discurrido siempre muy alejada del terreno político. En el año 2020, el consejero de Medio Rural, Alejandro Calvo, me contactó para ofrecerme la gerencia del Banco de Tierras del Principado de Asturias. Me sentía muy identificada con su visión de lo que supone estar al servicio público y trabajar por el interés general, y era una persona de mi total confianza. Además, el puesto tenía un carácter técnico importante al que yo estaba muy acostumbrada y no implicaba una exposición pública excesiva, así que decidí asumir el reto que me permitía seguir trabajando con la Administración, como ya hacía en Cooperativas Agro-Alimentarias, pero desde el otro lado.

Unos meses después, por diferentes circunstancias, se produjo la dimisión del anterior director general de Ganadería y Sanidad Animal, y como ya formaba parte del equipo y estaba trabajando activamente en temas como la PAC, confiaron en mí nuevamente y me ofrecieron el cargo. Mi trayectoria profesional me ha llevado siempre por lugares inesperados.


P: ¿Podría contarnos brevemente cuáles son los principales cometidos y funciones de esta dirección general?

R: Actualmente existen bajo la Dirección General de Ganadería tres jefaturas de servicios con sus correspondientes áreas de trabajo. Por un lado está la parte de Sanidad Animal, que engloba toda la gestión sanitaria, la ordenación de los sectores productivos y los movimientos de los animales, que en la cornisa cantábrica es muy importante porque contamos con una cabaña ganadera grande y, además, cientos de pequeñas explotaciones. Y es que, pese a ser una comunidad autónoma pequeña en extensión, cada año se celebran en Asturias más de doscientas ferias ganaderas.

Por otra parte está el laboratorio de Sanidad Animal y Vegetal, que desarrolla una labor fundamental y, finalmente, la sección de Modernización Agroganadera. Desde esa área se gestionan las ayudas directas de la PAC, que conocemos como ayudas de solicitud única, así como las medidas de desarrollo rural, las ayudas para la incorporación de jóvenes profesionales y las orientadas a la modernización de las explotaciones, lo que nosotros llamamos planes de mejora. Muchas de estas áreas están ligadas entre sí, ya que impulsar medidas que favorezcan la higiene o el bienestar animal debe tener su contrapunto en las ayudas dispensadas, que han de diseñarse para que sean verdaderamente útiles para el ganadero.


P: La cadena agroalimentaria se enfrenta en la actualidad a múltiples retos derivados de mayores requerimientos ambientales y otros fenómenos como la inflación, el alza de los precios de las materias primas o la energía. ¿Considera que el cooperativismo es un modelo necesario para sobrevivir en este escenario?

R: Algo que aprendí en mi etapa en ASEAGRO y Cooperativas Agro-alimentarias es que el cooperativismo es, en esencia, colaboración. Aprovechar las sinergias, los recursos y fortalezas de cada uno para beneficio de todos. La utilidad de este modelo se vio claramente en momentos de extraordinaria complejidad como la pandemia. Imagínate tener que afrontar solo, sin la red de seguridad y apoyo de la cooperativa, una situación de ese tipo.

Por otro lado, es imprescindible que las explotaciones se enfoquen en la rentabilidad para asegurar su supervivencia y eso es muy difícil de conseguir sin una estrategia de compras, gestión y servicios conjunta. Siempre he creído en el valor del cooperativismo, pero en el contexto actual su papel me parece fundamental.


P: ¿Considera que el modelo cooperativo debe desarrollarse más y que esto tendría que ser una prioridad para los gobiernos regionales?

R: El desarrollo y fortalecimiento del cooperativismo debe ser y es una prioridad para los poderes públicos, no solo en Asturias sino a nivel nacional. El apoyo del Ministerio de Agricultura a la integración cooperativa es firme y estructural. Casos como el de Central Lechera Asturiana o Campoastur, que permitió aunar en un único proyecto todo el potencial de pequeñas cooperativas que hasta entonces operaban repartidas por la Comunidad, prácticamente una en cada pueblo, muestran los beneficios de la colaboración y el trabajo conjunto.

Recuerdo que estando en ASEAGRO, en el año 2005, se produjo la fusión de las cooperativas de segundo grado Cica (Asturias), Sergacán (Cantabria) y Cecoop (Galicia), dando lugar a DELAGRO. Cuando escucho hablar ahora de la Alianza Atlántica o la Alianza de la Cornisa pienso que esa idea y esa ambición comenzó hace ya muchos años con DELAGRO. Su capacidad de dinamización del sector es enorme y los beneficios que aporta gestionar en común compras y servicios son incuestionables. Yo he participado con DELAGRO en viajes formativos de intercambio y he podido observar que su poder de representación es altísimo. Además, pone a disposición de sus socios servicios de asesoramiento, informática, digitalización o formación a los que de manera individual muchas cooperativas no podrían acceder.

Creo, no obstante, que existe todavía mucho desconocimiento en torno al mundo cooperativo y que debería ponerse más en valor y hacerse visible. Sin duda, la Administración también debe mantener un papel activo para acercar este modelo a la gente.


P: A finales de 2022 se hacía pública la noticia de que la Consejería de Medio Rural del Principado de Asturias dispondría de un presupuesto histórico para impulsar la movilidad sostenible, promover la cohesión territorial y apoyar la agricultura y la ganadería. ¿De qué ayudas podrán beneficiarse los agricultores y ganaderos asturianos este año para fortalecer al sector primario?

R: Las ayudas directas de la PAC destinadas a los ganaderos asturianos alcanzarán este año los 100 millones de euros, con una extensión de 4 millones de euros adicionales para apoyar a las ganaderías de vacas nodrizas y de cebo, ante la trepidante subida de los precios de las materias primas que ha provocado la guerra en Ucrania. Con esta ayuda extraordinaria se pretende fomentar el cebo de terneros para que puedan completar su ciclo de vida en la explotación y tener así una salida natural hacia la IGP ternera asturiana.

Por otra parte se encuentran las ayudas estructurales recogidas dentro del Plan Estratégico de la PAC, y que pondremos en marcha con el objetivo de fomentar el relevo generacional, apoyar a la mujer rural e impulsar la modernización de las granjas, pero con criterios de rentabilidad. Queremos seguir apoyando a las explotaciones propias; negocios pequeños y familiares, ubicados a menudo en zonas de montaña con limitaciones naturales, que son tan características en Asturias.


P: Con alarmante frecuencia los jóvenes se ven obligados a abandonar su tierra en busca de oportunidades laborales que les permitan prosperar. ¿Cómo se está apoyando desde la administración a los jóvenes agricultores y ganaderos que apuestan por permanecer o regresar a su tierra para que puedan sacar adelante con éxito sus proyectos empresariales?

 R: Aquí en Asturias contamos con una ayuda estructural para la incorporación de jóvenes profesionales y en próximo período implementaremos una ayuda adicional para nuevos agricultores, que ahora mismo ya existe en otras comunidades autónomas como Galicia. De esta forma queremos incentivar que aquellas personas que ya han superado los cuarenta años y no pueden optar a la ayuda para jóvenes, puedan emprender si lo desean una actividad vinculada al medio rural con el respaldo de la Administración.

Otra de las iniciativas que estamos impulsando para ayudar a este colectivo es la simplificación administrativa. Nos encontramos ahora mismo tramitando la modificación de la Ley de Ordenación del Territorio y de la Ley de Calidad Ambiental para simplificar los trámites relativos a las licencias que se exigían para poner en marcha una explotación, de manera que el proceso de emprendimiento sea más ágil y sencillo.

Por último, contamos con un paquete de medidas para facilitar la sucesión en las explotaciones, algo muy importante considerando que en Asturias, como en el resto de la cornisa cantábrica, la edad media de los titulares es muy alta, por encima de los cincuenta y cinco años. Observamos que existen muchas explotaciones grandes, rentables y con unas instalaciones perfectamente equipadas para el desarrollo de la actividad ganadera, que por no contar con un relevo generacional adecuado se ven abocadas al cierre o a reconvertirse en almacenes. Por esta razón, estamos apoyando la adquisición y modernización de instalaciones en desuso como una forma de dar entrada a nuevos profesionales.


P: Las mujeres del medio rural resultan esenciales y sin embargo todavía se mantienen escenarios de desigualdad más acusados si cabe que en el medio urbano. ¿Considera que las mujeres gozan del suficiente respaldo social para ir avanzando en la conquista de derechos y cargos de responsabilidad?

 R: Sin duda, esta es una de nuestras grandes asignaturas pendientes. Llevamos más de veinte años escuchando este discurso y demandado más visibilidad y reconocimiento para la labor tan esencial que las mujeres llevan a cabo en el medio rural. Sabemos que en la cornisa cantábrica muchísimas explotaciones están a nombre de mujeres, pero su participación en órganos de decisión, consejos rectores y comités directivos todavía es insuficiente. Nos falta escuchar sus voces.

El principal obstáculo que observo es que la mujer no solo se ocupa del trabajo diario de la explotación y de las gestiones administrativas, sino que una parte muy importante del mantenimiento del hogar y del cuidado de la familia también recae sobre ella, disponiendo además de muchos menos recursos y apoyos que en las ciudades (actividades extraescolares, guarderías, ludotecas, etc,). Incluso para participar en actividades formativas tienen que hacer casi siempre auténticos malabares de organización.

Sin embargo, es muy importante que ellas estén también presentes en los órganos de decisión para que se conozcan cuáles son sus necesidades y opiniones, y para servir de referentes a las que vienen detrás. La PAC contempla líneas de ayuda específicas para mujeres, pero más allá de ellas lo de verdad necesitan es apoyo. En este sentido, iniciativas como ‘Más que un respiro” puesta en marcha por la cooperativa Campoastur son muy interesantes porque proporcionan apoyo para que las mujeres puedan asumir más roles fuera del hogar y de su explotación.