En el mundo actual, donde la agricultura se enfrenta a grandes desafíos como el cambio climático, la escasez de agua y la creciente demanda de alimentos, es fundamental buscar soluciones sostenibles que nos permitan producir alimentos de forma eficiente y respetuosa con el medio ambiente. En este contexto, los suelos supresivos se presentan como una alternativa prometedora.
Los suelos supresivos de patógenos se han identificado en todo el mundo durante casi 60 años y se atribuyen principalmente a microorganismos supresivos o antagonistas. Su estudio se remonta a los años 70, cuando los profesores Baker y Cook los definieron como “aquellos suelos en los que la incidencia o severidad de una enfermedad sigue siendo baja, a pesar de que exista la presencia de un patógeno, el hospedero susceptible y las condiciones ambientales que favorecen su infección y posterior desarrollo de la enfermedad”.
La investigación sobre suelos supresivos ha intentado comprender cómo los microorganismos pueden reducir las enfermedades, incluso en presencia del patógeno. Los avances recientes en el estudio de microorganismos han proporcionado nuevas herramientas para reexaminar y caracterizar aún más la naturaleza de estos suelos. Algo en lo que DELAGRO ya trabaja, ofreciendo soluciones que ayuden a mejorar la supresión de los suelos.
En los sistemas agrícolas, la productividad de los suelos se ha visto afectada negativamente debido a prácticas convencionales de agricultura que se basan en monocultivos y el uso de fertilizantes químicos que crean suelos conductivos, donde la presencia de enfermedades es importante. Por este motivo, es necesario un cambio en las prácticas tradicionales que se centran en la fertilización química con producto de bajo valor añadido o dudosa calidad. La salud de las plantas empieza en el suelo y cuanto mejor se trabaje este, menor probabilidad tendrán de padecer enfermedades.
¿Qué son los suelos supresivos?
Un suelo supresivo es aquel que tiene la capacidad natural de reprimir el desarrollo de patógenos que causan enfermedades en las plantas. Esta capacidad se debe a la presencia de una comunidad microbiana diversa y equilibrada, que actúa como una barrera natural contra las plagas y enfermedades.
Beneficios de cuidar el suelo y fomentar la supresividad
- Reduce la necesidad de pesticidas y otros agroquímicos. Al controlar las enfermedades de forma natural, se reduce la necesidad de utilizar productos químicos, lo que conlleva un ahorro de costes para el agricultor.
- Mejora la salud y la productividad de las plantas. Un suelo sano y equilibrado proporciona a las plantas los nutrientes y el agua que necesitan para crecer de forma vigorosa y saludable.
- Aumenta la resiliencia de los cultivos. Los suelos supresivos son más resistentes a los efectos del cambio climático y otros factores de estrés ambiental.
- Mejora la calidad del agua. Los suelos sanos filtran el agua y retienen los nutrientes, lo que ayuda a proteger las fuentes de agua potable.
¿Cuánto tiempo requiere un suelo para mostrar supresividad a patógenos?
La supresividad de un suelo frente a patógenos se desarrolla gradualmente a lo largo del tiempo. La rapidez con la que se manifiesta esta supresividad está influenciada por factores ambientales y prácticas agrícolas, siendo la adición de materia orgánica una medida clave. Se pueden distinguir dos tipos de suelos supresivos: los naturales, que exhiben esta capacidad de manera inherente debido a sus características físicas, químicas y biológicas, y los inducidos, cuya supresividad es el resultado de prácticas agrícolas específicas.
¿Cómo podemos fomentar la supresividad del suelo?
Existen diversas prácticas agrícolas que pueden ayudar a fomentar la supresividad del suelo, como:
- Reducir la labranza. La labranza excesiva puede dañar la estructura del suelo y la comunidad microbiana.
- Aumentar la materia orgánica. La materia orgánica es una fuente de alimento para los microorganismos beneficiosos del suelo.
- Utilizar cultivos de cobertura. Los cultivos de cobertura ayudan a proteger el suelo de la erosión y a mejorar la salud del suelo.
- Aplicar compost y biofertilizantes. El compost y los biofertilizantes son fuentes de nutrientes y microorganismos beneficiosos para el suelo.
De cara a conseguir suelos supresivos la labor del técnico es fundamental, un asesoramiento en este campo puede marcar la diferencia. Contar con una estrategia de manejo que ayude al agricultor a realizar una óptima gestión del suelo es clave para conseguir buenos resultados.
En conclusión, los suelos supresivos son una herramienta poderosa para promover una agricultura más sostenible. Al cuidar el suelo y fomentar la supresividad, podemos lograr mejorar la productividad de nuestros cultivos, lo que traduce en una mejora de la rentabilidad para el agricultor o ganadero.
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